La escena se desarrolla en Washington, donde el ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, acaba de salir de una reunión con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott K.H. Bessent. No es un encuentro cualquiera; en medio de tensiones comerciales y aranceles que parecen no tener fin, las palabras de ambos resuenan con fuerza.
Bessent ha dejado claro lo que espera del Gobierno español: un aumento en el gasto en defensa y la eliminación de lo que han llamado la tasa Google. Según un comunicado del Departamento del Tesoro, este punto fue subrayado como una prioridad. “Durante las conversaciones, enfatizamos la necesidad de que España aumente su inversión en defensa dentro del marco de la OTAN”, decía el documento oficial.
Una conversación franca y directa
Cuerpo no se quedó callado. Tras su encuentro, afirmó a los medios que Estados Unidos busca llegar a un acuerdo con Europa sobre aranceles. “El mensaje es claro: quieren negociar”, explicó Cuerpo. Pero ¿será posible antes de que termine el plazo de 90 días? El ministro mantiene esperanzas tras lo que él considera una puerta abierta a la negociación desde hace una semana.
Aunque los temas son delicados, Cuerpo destacó cómo fue esta primera toma de contacto: “Fue constructiva y útil para mantener nuestras relaciones”, apuntó con optimismo. Sin embargo, cuando le preguntaron si habían discutido sobre comentarios previos de Bessent respecto a China —donde dijo que alinearse más con este país sería como cortarse el cuello— Cuerpo optó por no entrar en esos detalles. “Hemos tenido una charla abierta sobre economía internacional”, sentenció.
Parece claro que este diálogo es solo un capítulo más en una historia mucho más grande entre dos actores claves en el comercio mundial. La pregunta sigue flotando en el aire: ¿lograrán encontrar ese equilibrio tan necesario antes de que sea demasiado tarde?