La tarde de este lunes, el tranquilo municipio de Santanyí se tiñó de luto tras un atropello que ha dejado huella en todos nosotros. Un hombre de 89 años, querido por su comunidad, perdió la vida en un fatídico accidente que nos recuerda lo frágil que puede ser la existencia.
Todo ocurrió alrededor de las 16:30 horas, cuando una mujer circulaba por la Avinguda Benvinguts, una de las principales arterias que dan acceso a Cala d’Or. La lluvia torrencial caída entre las 15:00 y las 18:00 horas parece haber jugado un papel crucial; la conductora habría perdido el control del vehículo, aunque también se están investigando otras posibles causas como distracciones.
Pérdida irreparable para la comunidad
No obstante, lo más desgarrador es que este hombre estaba cruzando correctamente por el paso peatonal cuando fue embestido. Es difícil no sentir indignación al pensar que estaba haciendo todo bien y aun así sucedió lo peor. Las pruebas de alcoholemia realizadas a la conductora han arrojado resultados negativos, pero eso no alivia el dolor ni responde a por qué tuvo lugar esta tragedia.
El cuerpo policial local se ha hecho cargo del caso y sigue investigando los detalles para esclarecer lo sucedido. A veces, estas noticias nos golpean duro y nos hacen cuestionar si realmente estamos cuidando nuestras calles y a nuestros mayores. Este incidente no es solo un número más en las estadísticas; es una vida perdida y una familia destrozada.