En un panorama donde la ciencia y la política a menudo parecen estar en desacuerdo, Ana María Crespo se alza con una voz clara y contundente. Con su afirmación de que «la millor política científica a Espanya és la catalana», nos invita a reflexionar sobre el papel de Cataluña como pionera en innovación y desarrollo científico.
Crespo, destacada figura del ámbito científico, nos recuerda que mientras algunos discuten sobre qué modelo adoptar, otros ya están marcando el camino. En sus palabras resuena un mensaje directo: hay que dejar atrás esa tendencia de tirar a la basura lo que no entendemos y valorar lo que realmente funciona.
La defensa de lo local frente al monocultivo turístico
A medida que avanza la conversación, se hace evidente cómo la comunidad científica catalana está tejiendo redes sólidas que benefician a toda España. No se trata solo de políticas; es una cuestión de bienestar para todos nosotros. Al fin y al cabo, ¿no deberíamos aspirar a un sistema más inclusivo y sostenible?
El debate va más allá del mero discurso político. Es un llamado a la acción para cambiar nuestras prioridades y construir un futuro donde la ciencia no solo sea una herramienta de prestigio, sino una verdadera aliada para el progreso social.