En un acto que demuestra su compromiso con la comunidad, ARCA ha decidido presentar alegaciones al polémico plan de Son Busquets. Lo primero que destacan es la necesidad de que los edificios más altos se alineen en las calles Alfons el Magnànim y Sant Vicenç de Paul, asegurando así que «las alturas sean proporcionales a las construcciones ya existentes en la otra acera». ¿No tiene sentido?
Un llamado a la memoria del lugar
Aparte de esto, ARCA sugiere transformar el antiguo edificio de comandancia, justo a la izquierda de la entrada actual desde la Carretera de Valldemossa, en un auténtico casal de barrio. Sería una forma genial de revivir el espíritu comunitario. Pero no solo eso; también reclaman conservar algunos fragmentos del cerramiento exterior, porque, según ellos, es esencial para mantener viva la memoria del paisaje y sus usos.
No podemos pasar por alto su petición para que se preserven los edificios destinados a calabozo y las viviendas para oficiales y suboficiales en la misma carretera. ARCA señala que este edificio podría transformarse reduciendo el tamaño actual de las viviendas a pequeños apartamentos y convertirse en un equipamiento dotacional con personalidad y solera.
Además, sugieren que las entradas a los garajes de los nuevos edificios sean desde las calles mencionadas anteriormente para evitar congestionamientos internos. Y claro, están firmemente convencidos de que hay que conservar tantas naves como sea posible y darles una nueva vida: lofts, espacios para ferias locales o exposiciones… incluso coworking y gimnasios creativos. ¡Qué mejor manera de revitalizar el área!
No olvidemos lo dicho por Joves Arquitectes de Mallorca (JAM), quienes apoyan la idea de ubicar una guardería en alguna de esas naves centrales. Y sí, ARCA también insiste en preservar elementos como la gasolinera, el depósito de agua y las garitas existentes. Un movimiento necesario si queremos mantener nuestra identidad.