La desembocadura del torrente de Sa Riera, en Palma, se ha convertido en un espectáculo digno de ver. Este lunes, las intensas lluvias que azotaron Mallorca, sobre todo durante el mediodía y la tarde, dejaron una escena que ha dejado a más de uno boquiabierto. La fuerza del agua arrastrando todo a su paso ha atraído tanto a curiosos como a los habituales que suelen pasear por el Paseo Marítimo.
Un espectáculo natural que asombra
Los usuarios del Real Club Náutico de Palma no podían creer lo que estaban viendo. En un abrir y cerrar de ojos, el torrente mostró una velocidad e importancia en su caudal que raramente se observa. La tarde continuó trayendo consigo un volumen de agua mucho más elevado de lo habitual, resultado directo de esas lluvias persistentes que han dejado huella no solo en la capital, sino también en otros rincones de nuestra querida isla.
Tanto turistas como residentes tuvieron la oportunidad de presenciar esta imagen poco común del torrente. Desde su inicio en Puigpunyent hasta recorrer más de veinte kilómetros, el torrente acumuló agua como si estuviera almacenando toda la lluvia caída. Y así comienza nuestra Semana Santa, marcada por una inestabilidad climática que nos recuerda la fuerza impredecible de la naturaleza.