El Gran Premio de Arabia Saudí se avecina, y con él, una nueva oportunidad para Fernando Alonso tras un fin de semana complicado en Bahréin. Aún con el mal sabor de boca de una carrera llena de problemas, la Fórmula 1 se mueve rápido; no hay tiempo para lamentos. La siguiente parada es Jeddah, un circuito urbano donde Alonso espera que las cosas cambien.
Una temporada complicada
Desde que comenzó el año, el piloto asturiano ha vivido un verdadero calvario. En Australia, un incidente le hizo estrellarse contra el muro; en China, los frenos fallaron y en Japón el viento no ayudó. Y Bahréin fue otro capítulo negro con su AMR25 luchando por sobrevivir en pista. Sin duda, este Aston Martin parece haber perdido su esencia y rendimiento; muchos lo ven como uno de los peores coches del campeonato.
A medida que los equipos recogen sus bártulos para marchar a Arabia Saudí cruzando un puente desde Bahréin, la pregunta en el aire es si esta vez será diferente. Las características del circuito podrían favorecer a Alonso, aunque él mismo se muestra cauto: «Sí deberíamos ir mejor aquí… pero también creíamos lo mismo en China o Japón y acabamos mal», reflexionaba.
La lucha por puntuar se presenta titánica. No solo Aston Martin tiene problemas; otros equipos están avanzando rápidamente mientras ellos siguen atrapados en un marasmo competitivo. Carlos Sainz lo dejó claro: «Parece que Alpine está en otra liga». Con equipos como Williams o Haas también al alza, la posibilidad de sumar puntos parece casi una quimera.
Luca di Montezemolo, exjefe de Ferrari y amigo cercano de Alonso, compartió su tristeza por la situación actual del piloto: «Es triste ver a alguien tan talentoso lidiando con un coche tan poco competitivo», decía con pesar.
A pesar del panorama sombrío, Alonso sigue manteniendo la esperanza viva: «Vamos a seguir intentándolo», asegura con determinación mientras mira hacia adelante buscando ese ansiado cambio que pueda llevarlo nuevamente a luchar por posiciones más dignas.