MADRID 14 Abr. (EUROPA PRESS) – La madrugada de este lunes, la ciudad ucraniana de Odesa se vio sacudida por un ataque devastador. Al menos ocho personas resultaron heridas cuando las Fuerzas Armadas de Rusia lanzaron drones contra objetivos civiles, dejando su huella destructiva en un centro médico, varios edificios de viviendas y hasta una gasolinera.
El gobernador regional, Oleg Kiper, no pudo contener su preocupación y compartió en Telegram que, a primera hora del día, cuatro heridos seguían hospitalizados. Este escenario de caos llevó incluso a movilizar a los Bomberos para apagar incendios que se propagaban rápidamente. Y es que no es la primera vez que Odesa vive momentos tan críticos; el pasado domingo más de una treintena de personas perdieron la vida en otro ataque sobre Sumi.
Drones derribados y el incesante miedo
Mientras tanto, los sistemas de defensa antiaérea ucranianos han trabajado sin descanso durante toda la noche. Según informes de la Fuerza Aérea, alrededor de 40 drones rusos fueron derribados, aunque otros once lograron esquivar los radares. La situación sigue siendo tensa y nos hace cuestionar ¿hasta cuándo seguirá este sufrimiento?