La tarde en el Villamarín se tornó amarga para el Betis, que vio cómo se le escapaba una victoria ante el Villarreal. Manuel Pellegrini, con esa sabiduría y cercanía que le caracteriza, no pudo ocultar su decepción al finalizar el encuentro. «Estoy muy amargado con el resultado, pero poco se le puede recriminar al equipo», afirmó con sinceridad. Desde el primer minuto, sus jugadores salieron a dejarlo todo en la cancha, presionando al rival y creando ocasiones. Sin embargo, la fortuna les fue esquiva y acabaron empatando tras un córner desafortunado.
La perseverancia como bandera
Pellegrini no perdió la fe ni por un instante. «Quedan 21 puntos por disputarse y jugando así podemos lograr mucho más», sentenció con determinación. El entrenador también abordó la preocupación por la lesión de Diego Llorente, quien sufrió un problema muscular que podría complicar las cosas en los partidos venideros. «Vamos a buscar soluciones porque necesitamos a nuestros mejores hombres hasta el final de temporada», declaró.
Sobre el juego del Villarreal, destacó que ellos habían sentido la presión desde un principio: «Se encontraron superados y decidieron meterse atrás para defenderse». Y aunque reconoció su mérito al sacar tres puntos vitales, dejó claro que su equipo tenía la capacidad de seguir luchando hasta el último suspiro. «Estamos a solo tres puntos de la quinta plaza; esto no ha terminado», insistió.
Aitor Ruibal también dio su opinión tras el partido: «Prefería no haber marcado si eso significaba llevarnos los tres puntos». En definitiva, esta derrota dolió, pero la ambición del Betis está lejos de desvanecerse. Con cada partido queda claro que este equipo tiene ganas de pelear.