El Gran Premio de Bahréin se presentó como otra dura prueba para Fernando Alonso, quien se mostró visiblemente resignado ante los medios tras cruzar la meta en una decepcionante 16ª posición. El piloto asturiano no ocultó su frustración: «Estar en los puntos es un poco difícil para nosotros ahora mismo. Los cuatro mejores equipos están en otra liga, y siempre tenemos a Haas, Williams y Red Bull ligeramente por delante», decía con sinceridad.
Un coche que no responde
A pesar de haber ajustado la estrategia, el AMR 25 sigue sin mostrar mejoras significativas esta temporada. Con una degradación alarmante y un ritmo que deja mucho que desear, Alonso se siente atrapado: «En esas posiciones no puedes puntuar a menos que tengas muchísima suerte». Y es que, al parecer, el coche se comporta de forma errática en las curvas más lentas, como si tuviera una vida propia que decide apagarse justo cuando más lo necesita.
Su compañero Lance Stroll también tuvo su propia batalla y finalizó en un distante 17º lugar. La situación del equipo está clara: hay mucho camino por recorrer antes de pensar en alcanzar los puntos. Con cada carrera sin resultados positivos, la presión aumenta y las esperanzas comienzan a desvanecerse.
Así va la vida dentro del equipo Aston Martin; entre la lucha por sobrevivir en medio del pelotón y las promesas de un futuro mejor que parecen cada vez más lejanas.