En el Gran Premio de Qatar, Marc Márquez se mostró contento tras su victoria en el Sprint, pero a la vez reflexionaba sobre lo que podría pasar en la carrera del domingo. «No me gustan los sábados», confesó, y es que para él, celebrar una victoria un día antes de la gran prueba no tiene sentido. En su mente aún resonaba el eco del error que le costó caro en Austin.
La estrategia de un campeón
Márquez sabe que cada carrera es una historia distinta. Aunque había conseguido retomar el liderato, no quería caer en la trampa de confiarse. «Me siento cómodo en la pista», aseguró con determinación, pero también fue claro al decir que aún tiene cosas por mejorar. «Mañana será un día clave; hay que gestionar bien las gomas y no cometer errores», comentó mientras analizaba las curvas que le daban más quebraderos de cabeza.
A pesar de los nervios previos a la carrera, Márquez tenía claro que no podía dejarse llevar por lo sucedido en el Sprint. «Si sale un Álex o un Pecco detrás, hay que estar preparado», añadió con esa mezcla de humildad y competitividad que siempre le ha caracterizado. Para él, cada curva cuenta y cada decisión es crucial.
En definitiva, este sábado fue solo una pequeña parte del rompecabezas. Mañana espera poner todo en juego y demostrar por qué sigue siendo uno de los grandes en MotoGP.