Bridget Helen Hobley, una joven de 32 años con un futuro brillante como guía turística, vivió su sueño en Mallorca. Su padre había creado un bar para ella en Palma, donde la vida prometía ser emocionante. Sin embargo, un día todo cambió; desapareció sin dejar rastro tras un misterioso ataque a su vecina. La historia se tornó oscura cuando se descubrió que tanto ella como su novio fueron hallados sin vida en una cueva del Port des Canonge.
Un desenlace escalofriante
La última vez que la vieron, estaba en su apartamento de los apartamentos Impala II, donde había conocido a Miguel Ángel G.F., un hombre que ocultaba más de lo que aparentaba. Amiga de la exnovia del mallorquín, Bridget nunca imaginó que su relación sería un auténtico calvario. Mientras tanto, la Guardia Civil ya buscaba desesperadamente a la joven que llevaba días desaparecida.
La situación se volvió aún más inquietante cuando el agresor irrumpió en casa de su vecina y luego saltó al apartamento de Bridget. Tras una lucha feroz, el delincuente se llevó a la británica por la fuerza. En medio del caos, la vecina logró pedir ayuda, aunque con problemas de visión por el spray que le lanzó el intruso.
Poco después, las autoridades descubrieron que Miguel Ángel tenía un oscuro pasado: cuatro años antes había intentado asesinar a otro patrón arrojándolo por la borda durante un paseo en barco. Fue detenido entonces y pasó tiempo en prisión antes de que Bridget entrara en su vida como parte del pasado oscuro de su amiga.
A pesar de parecer todo color de rosa cuando abrieron el bar juntos, las discusiones y peleas eran constantes. En octubre, él le propinó una brutal paliza y fue ingresada con varias costillas rotas y contusiones visibles. Aun así, después de cumplir condena, Miguel Ángel intentó acercarse nuevamente a ella mientras Bridget pedía protección policial aterrorizada.
Casi inevitablemente llegó el día fatídico: los cuerpos fueron encontrados cerca de ‘sa Cova’, donde Miguel Ángel solía ir con frecuencia. La escena fue escalofriante; ambos estaban muertos y él dejó una nota explicando sus acciones. Los padres y hermano de Bridget llegaron hasta Mallorca para reclamar justicia pero no pudieron evitar expresar su dolor: «A nuestra hija la dejaron morir. Pidió ayuda y nadie la escuchó».