En un nuevo capítulo de las tensiones en Oriente Medio, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han denunciado este miércoles que el partido-milicia chií libanés Hezbolá estaría intentando reconstruir su infraestructura subterránea en el sur de Beirut. Esta zona, que ya sufrió enormemente los ataques israelíes durante la ofensiva del año pasado, parece ser nuevamente el epicentro de acciones que levantan preocupaciones.
El portavoz militar israelí, Avichai Adrai, no se ha cortado un pelo al lanzar estas acusaciones. En sus redes sociales compartió un vídeo y unas imágenes satelitales que, según él, demuestran cómo Hezbolá está tratando de restablecer una instalación para la producción de misiles en los suburbios del sur. Este intento se da justo cuando la ciudad aún intenta recuperarse del caos y destrucción ocasionados por los ataques previos.
Tácticas ocultas bajo el fuego cruzado
Adrai ha sido claro: “Hezbolá lleva varios meses tratando de establecer un centro subterráneo para producir armas en Choueifat”, un barrio muy cercano a escuelas y edificios residenciales. Después de haber sido atacado en noviembre del 2024, parece que el grupo busca aprovechar la devastación para camuflar sus operaciones lejos de las miradas críticas.
Parece ser que esta información ya había llegado al mecanismo encargado del alto el fuego, quien realizó una inspección a principios de enero. Sin embargo, justo antes de la revisión, Hezbolá se mostró astuto y retiró rápidamente cualquier rastro de actividad sospechosa. Una jugada maestra o simplemente una maniobra desesperada frente a una vigilancia creciente.
No olvidemos que las hostilidades entre Israel y Hezbolá comenzaron a intensificarse desde octubre del 2023 tras los ataques masivos contra Palestina. En poco tiempo, esta guerra dejó alrededor de 4.000 muertos en solo dos meses; cifras desgarradoras que dan cuenta del impacto humano detrás de estos enfrentamientos políticos y militares.