En Bruselas, el pasado 9 de abril, Mark Rutte, secretario general de la OTAN, no escatimó en halagos hacia la colaboración con Japón. Durante su encuentro con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, enfatizó lo valioso que es contar con un aliado tan comprometido como Tokio en la situación actual de Ucrania. Según Rutte, Japón es uno de los socios más importantes de la organización atlántica, y ambos países están decididos a estrechar aún más sus lazos.
Rutte subrayó la importancia vital de esta cooperación en tiempos donde las amenazas se ciernen sobre nuestra seguridad global. Hablando desde Tokio, apuntó directamente a Rusia y su guerra contra Ucrania como una preocupación compartida: “La guerra no solo afecta a Europa; tiene repercusiones para todo el mundo”. No se detuvo ahí; también mencionó cómo China está intentando expandir su influencia militar y tecnológica, advirtiendo que sus actividades desestabilizadoras en el Indo-Pacífico son motivo de alarma.
Afrontando retos juntos
Aparte de mencionar el vínculo peligroso entre Corea del Norte y Rusia —con tropas y armamento cruzando fronteras— Rutte hizo hincapié en el papel fundamental que juega Japón al proteger valores compartidos. Aplaudió los esfuerzos nipones por incrementar su gasto en defensa al 2% del PIB para 2027, un compromiso que alineará aún más a Japón con los estándares establecidos por los miembros de la OTAN. En palabras del secretario general: “Esto hará que las ya capaces fuerzas de Japón sean aún más fuertes”. Sin duda, este momento marca un nuevo capítulo en una historia donde la colaboración internacional se convierte en una necesidad imperante.