La conmoción se siente en el aire tras la llegada a Son Espases de un bebé que, lamentablemente, llegó sin vida. Una noticia que no solo golpea a la familia, sino que también lanza una sombra de inquietud sobre nuestra comunidad. Todos nos preguntamos: ¿qué ha pasado realmente?
Obras y peligros latentes
Mientras tanto, los trabajadores del aeropuerto de Palma han alzado la voz para denunciar el peligro inminente que representan las obras en curso. «No queremos lamentar desgracias», claman con preocupación. Porque sí, el riesgo está ahí y se siente cada vez más cerca.
En este contexto, Miquel Gelabert, del sindicato STEI, añade leña al fuego: «Hemos tenido mejores relaciones con gobiernos de derechas que con los de izquierdas». Un comentario que invita a reflexionar sobre las decisiones políticas que afectan nuestra seguridad diaria.
No obstante, este suceso no es aislado; hay un creciente malestar en la isla. Desde pintadas despectivas hacia los locales hasta debates sobre la sostenibilidad del turismo en Mallorca. Los gritos de «Illencs fuera! Palma es de los alemanes» resuenan por las calles, evidenciando tensiones sociales que parecen intensificarse.
A medida que seguimos investigando lo ocurrido y sus posibles implicaciones, nos queda claro: es tiempo de unir fuerzas como comunidad y exigir respuestas claras. Las vidas están en juego y merecemos saber qué está pasando.