En Mallorca, la polémica se ha desatado. La asamblea de l’IES Politècnic ha levantado la voz contra las decisiones del Consell que parecen dejar en un segundo plano lo más importante: nuestra tierra. No podemos quedarnos callados ante respuestas llenas de imprecisiones que nos hacen cuestionar si realmente están escuchando nuestras preocupaciones.
Cuidado con lo que se propone
En este contexto, surge una pregunta clave: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar en nombre del progreso? Mientras algunos ven oportunidades en proyectos de energías renovables, otros advierten sobre los riesgos para el entorno natural. “No todo vale”, dicen muchos vecinos que sienten cómo su hogar está en peligro ante un monocultivo turístico cada vez más voraz.
A medida que avanza el debate, las voces se multiplican y la crítica se intensifica. Desde MÉS, se denuncia que el nuevo decreto del gobierno solo es una puerta abierta para grandes promotores interesados en ganar dinero a costa de nuestro patrimonio. Y así, mientras el sector turístico sigue creciendo sin freno, nosotros nos preguntamos: ¿qué queda de nuestra identidad?