El pasado viernes, el mundo musical de Mallorca se detuvo un momento para rendir homenaje a uno de sus grandes: Hugo Sócrate. Más de un centenar de personas, entre risas y lágrimas, se reunieron en el Tanatorio Son Valentí, donde amigos y seres queridos dieron su último adiós al músico argentino. Entre ellos se encontraba Xisca Cardell Dauzonne, quien fue su pareja y compañera en la vida.
En una ceremonia cargada de emoción, Jaime Anglada tomó la guitarra y dedicó una sentida interpretación de ‘Todo a pulmón’, un clásico que Miguel Ríos popularizó en los años 80. “Que difícil se me hace mantenerme en este viaje sin saber a dónde voy”, resonó en el aire como un eco del alma inquieta que siempre fue Hugo. La música fluyó junto a las historias compartidas; cada nota parecía recordar lo que Hugo representaba: pasión por el funk, el latin y el blues.
Un legado imborrable en Mallorca
La escena estaba llena de gente que había tenido la fortuna de conocerle. Su círculo cercano incluía nombres como Daniel Higiénico, Pep Estrada, Miquela Lladó, entre otros. Cada uno tenía una anécdota que contar, un recuerdo que revivir. “Fue un ser humano que vivió por y para la música”, dijo Anglada mientras sus ojos brillaban con nostalgia.
A lo largo de su carrera, Hugo no solo dejó huella sobre los escenarios locales; colaboró con leyendas como Víctor Uris, grabando juntos discos icónicos como ‘Boogie Thing’. Desde los primeros acordes hasta sus últimas actuaciones, su amor por la música nunca flaqueó. A pesar del sufrimiento causado por su larga enfermedad, él siguió cantando hasta el final.
Hoy nos toca recordar no solo al artista sino también al amigo leal y al espíritu libre que fue Hugo Sócrate. Con cada lágrima derramada hoy se siente una celebración más que una despedida; porque aunque físicamente ya no esté con nosotros, su música sigue vibrando entre nosotros.