Cuando Apple presentó el iPhone 16e, bajo el atractivo lema «Prepárate para conocer al nuevo miembro de la familia», muchos nos quedamos con la duda. Después de tantos rumores sobre un modelo ‘económico’, parecía que iba a ser una versión más asequible del famoso SE. Pero, ¡sorpresa! Este nuevo dispositivo no es tan barato como parece. Se presenta en colores blanco y negro mate, con una pantalla OLED de 6,1 pulgadas que ofrece una resolución de 2532 x 1170 píxeles.
Una realidad que duele al bolsillo
Con un diseño elegante y ese notch en la parte superior, este iPhone cuenta con todas las características que se esperarían: certificación IP68 contra agua y polvo, una batería decente de 3.279 mAh y el chip A18 Bionic. Pero aquí viene el truco: su precio arranca en los 709 euros. Y eso lo coloca en un terreno complicado cuando otros móviles Android ofrecen prestaciones similares o incluso mejores por menos dinero.
Pongamos ejemplos. El Xiaomi 14T, que sale a la venta por 649 euros, tiene una pantalla AMOLED de 6,67 pulgadas y cámaras Leica impresionantes que no desmerecen ante las del nuevo iPhone. O qué me dices del Google Pixel 9, con su potente procesador y sus cámaras impresionantes, disponible por tan solo 699 euros. La competencia se está poniendo dura.
Incluso el Samsung Galaxy S24, que llega a costar cerca de 909 euros, puede encontrarse en Amazon por unos jugosos 636 euros. Con todo esto en mente, uno se pregunta: ¿de verdad merece la pena tirar tanto dinero a un teléfono que no aporta nada revolucionario? La comunidad está empezando a hablar y parece claro que hay opciones más accesibles sin sacrificar calidad.
A medida que avanzamos hacia un futuro donde los smartphones son cada vez más esenciales en nuestras vidas, es crucial considerar todas las alternativas antes de decidirnos por un modelo. Así que antes de correr hacia la tienda a comprar ese flamante iPhone 16e, quizás deberíamos echar un vistazo alrededor.