La seleccionadora de Bélgica, Elísabet Gunnarsdóttir, ha tenido un debut agridulce en la UEFA Nations League. Su equipo llegó a estar ganando 2-0 ante España, uno de los gigantes del fútbol mundial, pero se marchó del Ciutat de Valencia con las manos vacías tras encajar dos goles en el tiempo añadido. «Una cosa es perder, pero hacerlo así es muy duro», confesó la islandesa, dejando claro que el dolor de esta derrota no será fácil de digerir.
Esperanza y aprendizaje para el futuro
A pesar del golpe, Gunnarsdóttir no pierde la fe. «No creo que hayamos dejado escapar una gran oportunidad. Esto es solo el primer partido y nos quedan cinco más por delante», afirmó con determinación. La entrenadora también destacó que había tenido al equipo bajo su mando solo tres días y reconoció que hay mucho trabajo por hacer: «Espero que dentro de unos meses podamos cerrar estos partidos con mejores resultados».
Bélgica se despide de España con una mezcla de tristeza y optimismo. «Me quedo con el carácter y la nueva identidad que mostró el equipo. Jugamos con intensidad y por momentos controlamos el juego», reflexionó Gunnarsdóttir. Sin duda, este encuentro ha sido un paso hacia adelante para las Red Flames, quienes ya tienen la mirada puesta en su próximo desafío contra Portugal.