En una jornada marcada por la indignación, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no se ha cortado al afirmar que el movimiento islamista Hamás «pagará el precio» por lo que él califica como una «atroz violación del acuerdo» de alto el fuego. La polémica estalló tras la entrega de cadáveres donde, según Netanyahu, uno de ellos no corresponde a la rehén Shiri Bibas, sino a una mujer de Gaza.
La crueldad desbordante de Hamás
Mientras el dolor invade las familias afectadas, Netanyahu arremete contra la «crueldad de los monstruos de Hamás», señalando que estos no solo han fallado en devolver a Shiri a sus pequeños hijos, sino que además han tenido la osadía de intercambiar su cuerpo por otro. En un vídeo conmovedor compartido en sus redes sociales, afirma con determinación que harán lo necesario para traer a casa a Shiri y al resto de rehenes: “No descansaré hasta garantizar que Hamás pague cada centavo por este engaño”.
El pasado 7 de octubre comenzó esta trágica historia cuando Shiri y sus dos pequeños fueron secuestrados. En medio del horror y la confusión generada por este conflicto sin fin, Netanyahu recordó también a los dos niños y al rehen muerto Oded Lifshitz; su vida fue segada con una brutalidad inimaginable mientras estaban bajo cautiverio. “Que Dios vengue su sangre. Nosotros también nos vengaremos”, concluyó, dejando claro que esto no terminará aquí.
Aunque Hamás había afirmado previamente que Shiri y sus hijos habían perdido la vida en un ataque aéreo israelí, Israel ha rechazado esa versión como parte de una campaña psicológica diseñada para sembrar terror. Mientras tanto, el pueblo sigue preguntándose cómo hemos llegado a esta espiral incesante de violencia y sufrimiento.