En un giro esperanzador para la región, el Ejército de Líbano ha dado un paso adelante este lunes, completando su despliegue en varias localidades del sur del país. Este movimiento se produce tras la retirada de las tropas israelíes, en el marco de un acuerdo de alto el fuego que ya lleva en vigor desde el 27 de noviembre. Todo esto llega después de más de un año de tensiones y enfrentamientos entre el Ejército israelí y Hezbolá, que incluso provocó una nueva invasión.
Nuevas Medidas y Precauciones
Según informa la agencia estatal NNA, los militares libaneses han tomado posición en Rab Zalazin, Talusa y Bani Hayan. Allí no solo han establecido patrullas, sino que también han comenzado a retirar barricadas y escombros. Y como si eso fuera poco, están llevando a cabo una búsqueda exhaustiva de bombas y artefactos sin detonar. Las autoridades locales no se andan con rodeos: han instado a los residentes a seguir las instrucciones del Ejército y abstenerse de entrar en las zonas hasta que sean declaradas seguras.
A finales de enero, la Casa Blanca amplió el plazo para la salida definitiva de las tropas israelíes hasta el 18 de febrero, algo que fue ratificado por el ex primer ministro libanés, Nayib Mikati. Mientras tanto, Beirut sigue firme en su compromiso con el alto el fuego, aunque Hezbolá no ha dejado pasar la oportunidad para criticar esta situación.
A pesar del panorama tenso, tanto las autoridades libanesas como Hezbolá han acusado repetidamente a Israel de violar lo acordado. Desde su lado, Israel defiende que su actuación es solo para cumplir con lo pactado y actuar contra supuestos miembros del partido-milicia o personas cercanas a sus tropas todavía desplegadas en Líbano.
Este acuerdo también busca reubicar a efectivos de Hezbolá al norte del río Litani, según lo estipulado por la resolución 1701 de Naciones Unidas desde 2006. El objetivo final es claro: lograr que el Estado libanés tenga control total sobre su territorio.